BASES CONSTITUCIONALES DE LA DC PARA LA NUEVA CONSTITUCIÓN

La Democracia Cristiana siempre ha postulado la necesidad de contar con una Constitución legítima en la que todos nos podamos sentir representados. De esa forma comenzó a trabajar en plena dictadura en las bases de una nueva Constitución alternativa al proyecto que dio origen a la Constitución de 1980. Tal fue el trabajo del Grupo de Estudios Constitucionales o “Grupo de los 24”.  Avanzado el régimen dictatorial propuso reconocer la Constitución de 1980 sólo como un hecho, para buscar, a través del plebiscito de 1988, abrir el camino para el retorno a la democracia. En un proceso muy largo, el texto constitucional de 1980 se fue reformando sucesivamente para remover sus enclaves autoritarios y perfeccionarla de diversas maneras, pero jamás renunciamos a dotarnos de un nuevo marco constitucional. Es por eso que ya la candidatura presidencial de Eduardo Frei Ruiz-Tagle el año 2009 planteó la necesidad de que Chile contara con una nueva Constitución, lo que también estuvo presente en el programa de la candidatura presidencial de Michelle Bachelet el año 2013.

a consecuencia de lo anterior, en el 2016, la ex Presidenta Bachelet convocó a un proceso constituyente institucional, democrático y participativo. Dicho proceso contempló, primero, la realización de encuentros autoconvocados, cabildos provinciales y regionales y luego, sus conclusiones se sistematizaron, lo que se tradujo en la presentación, a fines de dicho Gobierno, del proyecto de una Nueva Constitución Política para Chile.

El actual Gobierno al iniciar su mandato descartó continuar con dicho proceso constituyente.

Sin embargo, éste no pudo detenerse ante la masiva expresión del pueblo de Chile del 25 de octubre de 2019 y jornadas posteriores contra las desigualdades, los abusos y los privilegios En esas condiciones se pudo avanzar decisivamente en la necesidad de contar con una Nueva Constitución para nuestro país, lo que comenzó a concretarse a partir del Acuerdo por la Paz Social  y la Nueva Constitución, al que concurrieron los más diversos sectores políticos del país el 15 de noviembre de 2019.

La implementación de este Acuerdo se logró mediante la Ley de Reforma Constitucional N° 21.200 de 24 diciembre de 2019, que estableció el procedimiento y cronograma para elaborar una nueva Constitución Política de la República.

En conformidad con el procedimiento mencionado, por primera vez en su historia, los chilenos fueron consultados mediante plebiscito respecto de si querían una nueva Constitución y el tipo de órgano que debiera elaborarla. La Democracia Cristina se jugó a fondo por la campaña del Apruebo y la Convención Constitucional.

El 25 de octubre de 2020 se llevó a cabo el plebiscito (de entrada) que, a pesar de la pandemia del coronavirus, registró la mayor participación electoral de los últimos años, venciendo la opción del Apruebo a una Nueva Constitución y la Convención Constitucional con más de un 78% de los votos. El pueblo soberano decidió entonces, libre y democráticamente, que se elabore una nueva Constitución por parte de una Convención Constitucional íntegramente elegida por el pueblo, que tendrá una composición paritaria de hombres y mujeres y que contará con escaños reservados para los pueblos originarios, y una amplia participación de los independientes.

La oportunidad de debatir una nueva constitución en la actualidad abre la posibilidad de hacernos cargo de los desafíos actuales del país que difieren sustancialmente de los de la década de 1980. Entre ellos se encuentra la preocupación ciudadana por las pensiones, la salud, la educación, el reconocimiento, la valoración de grupos vulnerables históricamente marginados, la transparencia en la toma de decisiones y la participación ciudadana. Asimismo, hoy en día existe una clara conciencia de la necesidad de incluir la protección del medio ambiente como eje de desarrollo de la sociedad. Los desafíos del calentamiento global no son ajenos a la forma en que la sociedad se organiza y, por lo mismo, un Chile sustentable y conectado con la protección de los recursos naturales es de la mayor relevancia. Especial importancia cobra el tema del acceso al agua.

Finalmente, la pandemia ha confirmado que una sociedad que se preocupa de todos y todas es una sociedad que tiene un Estado fuerte y ágil, que mantiene una mirada completa sobre los desafíos del país, que regula para no dejar asuntos cruciales entregados al mercado y también es capaz de integrar a actores privados para brindar el mejor servicio a quienes viven en Chile.

En este marco, la Democracia Cristiana presentará sus candidatos a la Convención Constitucional, dentro del Pacto Unidad Constituyente. Para dicho propósito es que exponemos los principales postulados de la Democracia Cristiana para la nueva Constitución.[1]

[1]El año 2014 la Democracia Cristiana emitió el documento “Lo que nos une. Ideas DC para una nueva Constitución”, en la que expresamos nuestros principales postulados para el proceso constituyente que había convocado el Gobierno de la entonces Presidenta Michelle Bachelet. El presente documento construye sobre esta experiencia, actualizando sus contenidos, pero manteniendo el espíritu de diálogo que nos permita alcanzar un nuevo pacto social y político.

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